ACTUALIDAD DIOCESANA

03/12/2020

“Los valores que la Religión cristiana aporta construyen sociedad y ayudan a los jóvenes”

El delegado de Enseñanza de la Diócesis de Salamanca, Rafael Blanco, repasa la situación actual de la asignatura tras la aprobación parlamentaria de la ley educativa LOMLOE, más conocida como Celaá

 

La LOMLOE o Ley Celaá será la octava ley educativa, ¿en qué aspectos va a influir a la Delegación diocesana de Enseñanza?

Sin duda en dos sentidos, en el más relacionado directamente con nuestra actividad, el tratamiento de la asignatura de la Religión, la enseñanza religiosa escolar. Es verdad que la LOMLOE da una enésima vuelta de tuerca. Y la LOMCE también la dió, y más allá de que parezca que la LOMLOE desdice a la Ley Wert, en el fondo, lo que hacen entre las dos es dar casi una estocada a la asignatura. Hay que ver luego el desarrollo de las leyes que se llaman de “acompañamiento”, porque quedaría fuera del horario escolar y no tendría asignatura espejo alternativa. Todo eso hay que verlo con calma, porque a este respecto, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha hecho una propuesta, sobre todo en lo que se refiere a la enseñanza religiosa escolar que para nosotros sufriría un detrimento grande.

 

¿Qué proponen desde la Conferencia Episcopal?

En concreto, se habla de la posibilidad de una asignatura no confesional, y probablemente sea una propuesta buena, pero como la ley ha sido tramitada tan deprisa, sin consenso ni diálogo social, que evidentemente no se puede hacer en estos tiempos de pandemia, pues es muy difícil que haya entrado en el debate.

Haría falta debatirlo y es un reclamo que él hace, que la próxima ley que hagamos a ver si es consensuada por todos. Sería una urgencia social, igual que la pandemia nos obliga a revisar nuestra inversión en sanidad y nuestra manera de atender a los enfermos, desde luego la enseñanza necesita un pacto educativo cuanto antes. Sin duda, la propuesta educativa de Argüello es muy buena, la posibilidad de estudiar Religión y que la alternativa sea una religión no confesional. Es decir, que las Iglesias Católica,  Evangélica, que son reconocidas y tienen también peso en la enseñanza española, o el mismo mundo islámico, puedan tener su asignatura confesional, y que la alternativa, la asignatura espejo, fuera una introducción en general a la historia de las religiones. No estaría mal y sería una muy buena propuesta. Es verdad que a última hora creo que han puesto algo en la LOMLOE.

 

¿Por qué es tan difícil conseguir un pacto educativo?

Yo creo que porque está ideologizado el tema de las leyes educativas, el tema de la enseñanza. Siempre una parte ha querido imponer a la otra su manera de ver la enseñanza, sabiendo lo delicado que es porque nos jugamos el futuro de la sociedad española. El día que apartemos nuestros “ideologismos” y seamos capaces de sentarnos en una mesa, saber que hay que ceder, y evidentemente defender las cosas que sean prioritarias y básicas, y que seamos capaces, como dice el Papa Francisco, de un pacto educativo, habremos dado un paso de gigante, también en la democracia en nuestro país y en el mundo en general.

 

¿En qué afectará esta nueva ley a los alumnos de Religión?

Si la asignatura no es evaluable, si no cuenta para el currículo y se sale fuera del horario escolar, supongo que muchos chavales no la van a elegir. Imagínate que llega a la una del mediodía, y la asignatura de Religión es de una a dos, el alumno preferirá marcharse para casa una hora antes. En el fondo queda tratada como cualquier otra actividad extraescolar, en ese caso perdería su nivel académico y dejaría de ser asignatura. Eso de que sea asignatura es parte fundamental del convenio entre la Iglesia y el Estado en todos estos años de la etapa democrática.

 

¿Qué porcentaje de alumnos cursan la asignatura de Religión?

Desde luego la encuesta anual de la elección de la asignatura de Religión en Salamanca supera el 70%. Es verdad que en España la media es del 65% aproximadamente, dependiendo de las etapas, porque en Primaria lo supera con creces, y en Bachillerato decrece, en razón también de cómo la Ley Wert coloca la asignatura en esa etapa de la educación después de Secundaria.

Además, estamos hablando de un cuerpo de profesores grande, veterano, bien integrado en las realidades colegiales y en la administración, en nuestro caso, de la Junta de Castilla y León, con un tratamiento específico pero a la vez muy parecido a cualquier otro tipo de profesorado. Estamos hablando de 70 profesores en la Diócesis de Salamanca, que si la ley de algún modo alienta a no apuntarse a esta asignatura, terminarán perdiendo su trabajo.

 

¿Qué valores aporta al alumno una asignatura como la de Religión?

Me gustaría hacer un alegato a favor de la presencia de la Iglesia en el medio educativo. Sin duda, en España, no sería posible la enseñanza a día de hoy tal y como es, y lo decimos en Salamanca, no olvidemos que la Universidad nació como una escuela catedralicia, y que en general, la enseñanza, las congregaciones religiosas en Salamanca particularmente, su aportación es absolutamente necesaria reconocerla en la historia.

Sería un “delito” arrancar del mundo educativo la presencia de la Iglesia, porque la enseñanza en España tiene mucho que ver con la generosidad y el trabajo que ha hecho en sus diversas instituciones y personas, particularmente por la educación de los más débiles y más pobres. Y nosotros, de algún modo, reivindicamos la evangelización de la enseñanza en la libertad que la sociedad democrática propone como un factor de crecimiento social. Los valores que la Religión cristiana aporta construyen sociedad y ayudarán a los jóvenes a lo que llamamos una formación integral, a construirse mejor y a construir una sociedad mejor, y si cabe, mucho más democrática todavía.

 

Ante esta nueva ley, ¿qué pasos estáis dando los defensores de la asignatura de Religión y la Concertada? 

Se han creado varias plataformas, que no se nos olvide la reivindicación de la escuela concertada, y nosotros participamos y apoyamos a la plataforma “Más Plurales”. Si el aspecto de la demanda social desaparece es probable que demos la herramienta para que la inspección pueda incluso eliminar líneas en centros concertados, y ampliarlas, sin discreción, en los centros públicos.

La demanda social, por más que digan algunos, es una realidad muy democrática, es decir, qué quieren los padres. Además, lo reconoce la Constitución en el artículo 27.3, que son los padres los que disciernen el tipo de educación que quieren para sus hijos. Nosotros vamos a seguir defendiendo a la concertada, también la Católica, que es una gran parte de la concertada, participando de “Más Plurales” en todo lo que en el futuro venga. Imagino que habrá movilizaciones, reivindicaciones y planteamientos de diálogo. Y por supuesto, en la plataforma #ReliEsMas, que engloba a los profesores de Religión y a las Delegaciones diocesanas de Enseñanza, a los que apoyan la presencia tanto en la concertada como en la pública, y no solo en quedadas en Twitter.

La Delegación diocesana de Enseñanza participó el pasado 1 de diciembre en la manifestación convocada por Más Plurales, frente a la Subdelegación de Gobierno en Salamanca, para hacer una “queja pública y que la autoridad tome conciencia de que el diálogo social es absolutamente necesario”, como afirma Rafa Blanco.

 

 

 

¿Cuáles son los pilares de vuestra Delegación de Enseñanza?

Desde que empezamos hace ya siete años, se asienta en tres pilares, y que pretendemos que ocurra en nuestro trabajo y en la enseñanza: la escuela, la familia y la parroquia. Ojalá fuéramos capaces de acompasar el trabajo de estas tres realidades, porque también la catequesis es un complemento importante de formación de las jóvenes generaciones, y distinto a la clase de Religión.

El día que seamos capaces de acompasar el trabajo de la parroquia, de la familia, que es la gran protagonista de la educación de sus hijos, y como no, de la escuela, que es el sector más específico del mundo de la enseñanza, de la transmisión de conocimientos, procedimientos y actitudes a las jóvenes generaciones. Cuando seamos capaces de acompasar esas tres realidades, probablemente todo será más fácil en beneficio de los niños y de los jóvenes.

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