ACTUALIDAD DIOCESANA

03/01/2022

Mons. Carlos López se despide de la comunidad diocesana: “Perdón, orad por mí y muchas gracias”

Tras 18 años como pastor de la Iglesia de Salamanca, el actual administrador apostólico de la diócesis asume que su nueva misión pastoral, “es el acompañamiento en la oración”, por toda la comunidad

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

El agradecimiento a la labor como pastor de la Diócesis de Salamanca durante los últimos 18 años se selló con un emotivo aplauso tras concluir la eucaristía de acción de gracias por su ministerio, que tuvo lugar el 2 de enero en la Catedral Nueva.

Con la presencia de religiosos, laicos, movimientos, cofradías, autoridades y el clero diocesano, Mons. Carlos López, se despidió de su comunidad en la homilía. Al respecto, recordó que esta eucaristía de acción de gracias la vivía, “con un sentimiento semejante al que vivimos por primera vez el día 2 de marzo de 2003”, fecha de su toma de posesión. Además, concretó que, en el clima espiritual y litúrgico de las celebraciones del misterio del Nacimiento del Hijo de Dios en carne humana, “la comunidad diocesana de Salamanca quiere vivir en acción de gracias la fe en la sucesión apostólica, que se va a hacer visible en ella el próximo domingo”.

Asimismo, el prelado matizó que las personas se suceden, “la misma misión continúa, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Y la sucesión apostólica es “un elemento esencial del misterio de la Iglesia universal y de cada una de las iglesias particulares, en las cuales está presente y actúa la Iglesia de Cristo”.

La experiencia personal de la salvación

El actual administrador apostólico añadió que ese espíritu se comprende y se vive desde la contemplación en la fe y desde la experiencia personal de la salvación, “que Dios sigue regalándonos a diario en la comunión de la misma Iglesia, adherida a su pastor y reunida en el Espíritu santo por medio del Evangelio y la eucaristía”. Para Mons. Carlos López, “se trata de un tesoro, que llevamos en nuestras vasijas de barro, tanto obispos y presbíteros como los demás fieles cristianos”.

En su homilía, también admitió que había sido copartícipe y testigo, “de vuestra vida de fe y amor, y de vuestra colaboración apostólica, a la par que beneficiario de vuestra misericordia en las debilidades personales y en los errores y omisiones en mi misión”. Al respecto, aclaró que no se sentía con derecho a esperar, “y menos incluso a reclamar, gratitud alguna”.

Antes de concluir quiso compartir que a partir de ahora asumía como nueva forma de misión pastoral para todos, “el acompañamiento en la oración, a imitación del apóstol Pablo: no cesaré de dar las gracias a Dios por vosotros, recordándoos en mis oraciones, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos” (Ef 1, 15-18).

Para finalizar su homilía, Mons. Carlos López quiso dedicar tres palabras a la comunidad diocesana allí congregada: “Perdón, orad por mí y muchas gracias, que Dios os siga bendiciendo”.

Una bendición para el pueblo de Dios

La acción de gracias antes de la bendición final la realizó la delegada diocesana de Ecumenismo y Relaciones interconfesionales, Julia Blázquez, Esclava del Sagrado Corazón, quien agradeció a D. Carlos sus palabras y gestos de bendición, “pero sobre todo el haber sido bendición para nosotros y haber querido tanto a la Iglesia que camina en Salamanca”. Esta religiosa matizó el amor en todo lo que se ha podido ver, “y también, sin duda, en lo que no hemos visto ni sabemos, en sus horas de dolor silencioso y en su oración con lágrimas por las heridas recibidas”.

Blázquez también recordó que el pueblo iba a recibir la última bendición del que ha sido su pastor 18 años. “Necesitamos ser bendecidos para que: vivamos y ofrezcamos la alegría del Evangelio, caminemos cada vez más realmente unidos en comunión, participación activa y en misión renovada en este nuevo tiempo sinodal”.

Otro aspecto que quiso destacar es que se sigan poniendo en marcha, “las decisiones de esa Asamblea diocesana a la que Mons.  Carlos López entregó tanta ilusión, tanto trabajo y tanta vida”. Para concluir, esta religiosa pidió que en esta etapa que estrena, “la Madre, la Virgen de la Vega le acompañe y le ponga siempre con su Hijo”, que “cuente con nuestra oración y no nos olvide en la suya”.

Proyección del documental

Tras finalizar la eucaristía, Mons. Carlos López regresó a la sacristía por la vía sacra, donde recibió el aplauso y cariño de la comunidad diocesana que se puso en pie a su paso. En las pantallas ubicadas en diferentes partes de las naves se proyectó el documental dedicado a su ministerio, titulado “Imágenes de un ministerio”, elaborado por Manu Hernández, con el guión y la voz en off del vicario de Pastoral, Policarpo Díaz.

Cerca de 200 personas siguieron en directo la eucaristía de acción de gracias a través del canal oficial de YouTube de la Diócesis de Salamanca, que se puede ver en este enlace.

 

— Galería de imágenes de la celebración —

 

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