ACTUALIDAD DIOCESANA

30/04/2020

Nueva ‘vitamina’ para superar las situaciones dramáticas que provoca la pandemia

Cáritas diocesana de Salamanca publicó ayer un nuevo artículo de reflexión en su espacio web “Vitaminas para resistir ante el coronavirus”. En esta ocasión, de la mano del sacerdote diocesano Tomás Durán Sánchez, quien fue vicario de pastoral de la Diócesis de Salamanca de 2004 a 2018, descubrimos nuevas ‘medicinas’ que pueden ayudarnos a superar las situaciones dramáticas que sigue causando el covid-19 y las que se avecinan en la post pandemia.

 

UN COLIRIO, UNA PASTILLA Y UN SOBRE

 

En este tiempo de pandemia y ante las situaciones sanitarias, sociales, laborales, económicas, familiares… causadas por el Covid-19, todos los laboratorios buscan la vacuna… Por nuestra parte, y puestos al habla con el laboratorio “Pozo Sicar”, en la región de Samaria, creemos haber encontrado unas “vitaminas para resistir” que nos pueden ayudar para este tiempo difícil que se nos avecina… Estas vitaminas salidas del mencionado laboratorio samaritano, están a punto de ser recetadas como antídoto eficacísimo para afrontar los estragos que sigue causando el Coronavirus tan temido. Y lo mejor de todo es que son muy recomendables para todos los públicos: obispos, sacerdotes, laicos, religiosos, parroquias, caritas, cofradías,… así como a los partidos políticos, las organizaciones patronales, los sindicatos, corporaciones municipales, las asociaciones de vecinos, etc., etc… ¡Y a un precio asequible, casi irrisorio! Nos ha llegado información de que eran las medicinas que llevaba y utilizó aquel que “iba de camino” y se encontró a un hombre tirado en la cuneta, apaleado y medio muerto. Son estas tres.

1. El Colirio New óculos (que te evita dar un rodeo a la realidad)

Ayuda, sobre todo, a superar el peligroso síndrome de “dar un rodeo” por no ver e ir a lo tuyo, a tus ocupaciones, al templo sin más, a tus intereses, con tus prisas… Ese grave trastorno cuyo principal síntoma es no ver a los que están caídos en el camino, te deja sin mirada para los otros, los ojos se cierran de mala manera clavándose las pupilas en tu propio ombligo, y se pierde toda simpatía por los demás, aumentando de día en día la pereza y despreocupación por los que están a tu lado, por tus “prójimos”.

El colirio sirve, como es de suponer, para abrir los ojos y mirar la realidad más allá de los números y las cifras viendo y comprendiendo la situación de los hermanos: unos, que no pueden encontrarse con su seres más queridos y abrazarlos e incluso a algunos de ellos ya no los verán más; otros, que se quedan sin trabajo todos los miembros de la familia por tiempo indefinido; los de aquí, que pierden a marchas forzadas su poder adquisitivo y van a pasar necesidad; los de allí, que ven incierto el futuro docente de sus hijos; los de este lado, que la avanzada edad y la soledad derrumba su ánimo y los llena de tristeza; los de aquel otro, que lo ven todo muy oscuro y sin salida…

La administración del colirio es sencilla, dos o tres gotas en cado ojo en dos momentos del día: al amanecer y al atardecer. Pero, eso sí, ¡no se puede interrumpir!: depositar estas gotas en los ojos y en silencio, de manera meditativa y orante, con un espacio de recogimiento y en cuanto tengas claridad en los ojos podrás ver la realidad y el camino en la vida diaria. Y el resultado es rapidísimo: a las pocas días dejas de “dar un rodeo” ante la vida de los otros y lleva a recuperar la vista plenamente y en tiempo record. Y llega a aparecer en tu vida la conocida y saludable “mística de ojos abiertos” para no dar la espalda y “comprometerte” sin rodeos y tener una mirada nueva. Mirada que ve lo exterior y lo interior, va a lo profundo. Nuestras pupilas necesitan estas dos gotas frescas: la de la mirada de la fe y la de la mirada de la realidad.

2. La Aspirina splagnízomai (que te conmueve las entrañas)

El citado laboratorio samaritano ha conseguido algo prodigioso. Ha enriquecido la aspirina de siempre con un producto llamado splagnízomai. Es su envasado estrella. Bien es sabido que en medicina y farmacia se usan muchísimas palabras griegas. Y esta concretamente puede traducirse como “sentir dolor de amor por los otros”, “compadecerse”, adquirir “un corazón que se parte ante la situación de los demás”, “conmoverse las entrañas por la realidad del prójimo”. Ellos, los griegos, tenían muchas maneras de expresar lo que sentían.

A quien la toma, esta “vitamina” le produce un reforzamiento de la empatía, de la compasión, y le da un vuelco el corazón ante la situación de dolor y marginalidad de los vecinos. Y está recomendada de manera especial para los creyentes. Porque se toma el “primer día de la semana”, el domingo, en dosis de Pan y Vino, y causa un “subidón” y una alegría indescriptibles. Pero el prospecto dice que también está derramada en el corazón de todo hombre y mujer de buena voluntad y hay que activarla. Porque de esa “fuente que mana y corre, aunque es de noche, beben todas las criaturas” sin ellas saberlo (como decía san Juan de la Cruz). Por eso esta aspirina splagnízomai se encuentra disuelta también “en la forma de sólo Dios conocida” (GS 22) en la cultura del compartir, en las labores de inclusión de los excluidos, en la civilización de la solidaridad, en el trabajo por la justicia, en el anhelo de la fraternidad universal, un mundo nuevo… y una casa habitable.

Uno de sus efectos más visibles es que evita actuar solo de acuerdo a lo políticamente correcto, y no se detiene solo en las estadísticas, el conocimiento frío, la profesionalidad sin más, las cifras sin alma y corazón… Planteamientos éstos que pueden suceder a instituciones políticas con el “cortoplacismo de los votos”, y a las organizaciones monetarias y financieras con los “recortes sociales y el beneficio a ultranza”, a la Iglesia con el “carrerismo clerical y el eclesiocentrismo paralizante”, a las ONGS y entidades benéficas con la sola “distribución del rebalse del mercado sin afrontar la reforma de las estructuras de pecado”, y a colectivos y profesionales de todo tipo.

Por eso, es muy recomendable tener muy a mano esta vitamina para las situaciones tan dramáticas que se avecinan: duelo, soledad y desamparo, fracaso escolar y drogodependencia, precariedad laboral y paro indefinido, marginación y exclusión social, empobrecimiento y falta de recursos…

3. El sobre efervescente Posada Complex (que te hace abrir la casa de par en par).

Y la tercera vitamina elaborada por el laboratorio “Pozo Sicar” es una disolución efervescente llamada “Posada Complex” que está destinada a fortalecer los lugares a donde “llevar y cuidar” a todos los caídos de la historia… y ahora, claro está, a los afectados por el Covid-19. Es un antídoto muy potente contra el cierre de puertas de nuestras casas, parroquias, instituciones… y de nuestro corazón que padecemos con tanta frecuencia. Porque meter a otro en tu casa y en tu vida, que ocupe tu espacio y tu tiempo, es, sin duda, lo que más dolores de cabeza nos producen. Y las pastillas o disoluciones efervescentes, con sus burbujas chispeantes, que siempre “se vienen arriba” en el vaso de agua, nos suelen aliviar y serenar fácilmente.

Con este sobre de Posada Complex, concretamente, los posaderos vuelven a recobrar la capacidad de recibir a cualquiera que llame a su puerta, de procurar su acompañamiento, de ponerse en su lugar, de usar toda clase de terapias especialmente la ternura, de buscar su reinserción en la fraternidad, de hacer que recupere su dignidad, de encontrarle salidas laborales, de conseguir que recobre su autoestima… Y lo más importante: si la toma la hacen varias personas juntas y a la vez, se consigue construir verdaderas “comunidades de amor” como lugares para descansar y rehacer la vida, y para volver a volar con alas nuevas de libertad. Se convierte, por ello, en una medicina actualmente imprescindible, más que nunca, en nuestros hogares y en nuestras instituciones sociales y eclesiales. Y con otra particularidad también muy reseñable: uno de sus efectos más logrados es que consigue que todos los posaderos que la toman tengan como prioridad en su labor la gratuidad, la esperanza, y la paciente confianza.

Por todo lo dicho, la dosis de esta vitamina se recomienda tomarla espaciada cada 10-15 días en fraternidad, en equipo, con discernimiento y mucha alegría, y con sesiones de formación para todos. Porque en estos casos de acogida y servicio, muchas veces hay que anteponer el bien común a los intereses particulares, y la atención personalizada del caído en el camino más allá de las circunstancias que rodeen su vida familiar o su aventura histórica.

 

Posdata. Muy importante: el colirio, la aspirina y el sobre, pueden tomarse a la vez sin perjuicio alguno. Es más, se recomienda hacer uso de las tres siguiendo la prescripción descrita. El prospecto de cada una de estas medicinas dice que todo parecido con el relato de Lucas 10,19-35 es real. Y señalan que si en la Posada se gasta de más, volverá el director gerente del laboratorio señalado con una sobredosis del Colirio, Splagnízomai y Posada y las repartirá a manos llenas.

 

Tomás Durán Sánchez

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