ACTUALIDAD DIOCESANA

20/04/2021

Ocho de cada diez alumnos cursan la asignatura de Religión

La iniciativa #HazMemoria aborda en su segunda semana la actividad educativa de la Iglesia, las clases de Religión. Profundizamos sobre este tema en la Diócesis de Salamanca, con el delegado de Enseñanza, Rafael Blanco, y un profesor de esta materia, Óscar Pérez

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

La actividad educativa de la Iglesia, a través de la asignatura de Religión, está presente en la Diócesis de Salamanca en 128 centros, 102 públicos y 26 concertados, con un total de 12.859 alumnos matriculados. El delegado de Enseñanza, Rafael Blanco, recuerda que el 69% de los escolares de Infantil cursan esta materia, (2.429); un 70% en Primaria, (5.899): un 64% Secundaria el 64% en Secundaria, (4.008); y finalmente, en Bachillerato, el 34%, con 523, según los últimos datos del actual curso 2020/2021.

La media total en los centros públicos es del 65%, que sumados con los de la concertada, del 100%, se incrementa al 89% de alumnos que eligen Religión en Salamanca. Para Blanco es un dato “relevante, ya que más de ocho de cada diez alumnos eligen Religión”. En cuanto al número de profesores, 72 trabajan en los centros públicos, 50 en Infantil y Primaria, y 22 en Secundaria y Bachillerato. En los concertados trabajan otros tantos docentes, pero no tienen los datos de todos los centros.

El delegado diocesano de Enseñanza recuerda que la asignatura de Religión aporta muchas cosas importantes a la educación de los niños y jóvenes, “como la dimensión humana, la formación en el arte, y no se puede entender el mundo actual si uno no estudia Religión, más allá de que confiese una Religión u otra”.

Una educación en valores

Rafa Blanco, delegado diocesano de Enseñanza

De no ser así, opina Rafael Blanco, “es perder la clave de la mayor parte de los fenómenos culturales y sociales, porque la Religión en gran parte de la población es el sustrato de la propuesta ética, y digamos de la organización social y de la vida”. Este responsable cree que quitar valores en estos tiempos de crisis de valores, “entendemos que de algún modo provoca una cierta falta de fondo y de sentido en el crecimiento de los chavales, porque necesitan referentes, y la educación religiosa lo es, y tiene mucho que ver con un crecimiento sano y armónico, con una educación integral en valores”. Y asegura que cuando se habla de la inteligencia emocional, “que es un término de moda, tenemos que hablar de la inteligencia espiritual”.

En cuanto a las clases de Religión, “han evolucionado mucho”, tanto en las claves pedagógicas, como en el uso de los medios de comunicación, subraya Rafael Blanco, “y sin duda, la pandemia ha forzado a una nueva forma de dar la clase de Religión, como en todas las asignaturas”. El responsable diocesano de Enseñanza considera que este tiempo de pandemia, “nos invita y nos mueve a utilizar los medios online, la formación digital, y sin duda, emplear las distintas realidades y plataformas para la enseñanza a distancia”.

Por último, Rafael Blanco hace un llamamiento a la sociedad para que tome conciencia de la importancia que tiene el hecho de que los alumnos cursen Religión. Asimismo, enumera otras iniciativas de la Diócesis de Salamanca que tratan de fomentarlo, como las olimpiadas de Religión, el “Relicat Games”; así como la coordinación y la formación de los propios profesores de Religión, “que nos ayuden a hacer una oferta de enseñanza de Religión de calidad, que es la que demanda de la sociedad”.

La clase de Religión en el mundo rural

Óscar Pérez imparte clase de Religión en el colegio de Machacón

Óscar Pérez Iglesias es profesor de Religión en el Colegio Rural Agrupado (CRA) de los Girasoles, que comprende los municipios de Calvarrasa de Abajo, Cilloruelo, Encinas de Abajo, Huerta, Machacón y Nuevo Naharros. En este centro lleva cuatro años pero son más de 22 los que viene ejerciendo esta labor en Salamanca.

“Comencé por casualidad, me habló un compañero que sigue todavía en activo, a quien sustituí, y al final me quedé y me gustó”, subraya desde el colegio de Machacón, donde imparte clase a tres alumnos.  Él es profesor, estudió Magisterio, “y me encanta la Educación y la Religión”.

Pérez Iglesias confirma que las clases de Religión han cambiado bastante desde hace 22 años hasta ahora, “los niños al principio eran complicados, como todos los comienzos, y hoy en día, lo que más valoro es la cercanía con los niños, porque necesitan mucho cariño, y es lo principal, y en lo que baso mis clases, en ser cercano, algo que hoy en día brilla por su ausencia”.

No es comparable con una catequesis

Este profesor considera que la clase de Religión aporta a la escuela, “además de valores, cultura y cercanía, y es algo que falta en la educación de hoy en día”. Además, aclara que en ocasiones se compara esta asignatura con una catequesis, “y yo he sido ambas cosas, y aunque realmente se habla de algo similar, no se puede decir que sea lo mismo, a la catequesis van porque quieren y porque creen, pero en clase de Religión no es así, puede acoger a cualquier no creyente, pero le va a servir todo para su vida”.

En cuanto a la materia que imparte en las aulas, en Infantil se va hablando de ciertas nociones de la Navidad o la Semana Santa, “y ciertos valores básicos,  se adaptan según van avanzando, y se van viendo personajes como Abraham o Moisés, y se va viendo la historia de la salvación”.

Como detalla Óscar Pérez, también tratan los sacramentos o los mandamientos “como forma de vida, realmente, y enseñanzas de Jesús”. Este profesor reconoce que hace hincapié en los momentos fundamentales del ciclo litúrgico, “como es ahora el tiempo de Pascua”, así como otras fiestas importantes, y que se celebran en los pueblos del CRA, “como Pentecostés, la Ascensión o el Corpus”.

Las olimpiadas de Religión

Los profesores de Religión también han querido sacar esta asignatura fuera de los centros educativos, con iniciativas como Relicat Games, las olimpiadas de Religión, “que hemos tenido que aplazar por la pandemia, y que nos ofrecieron desde Madrid”. El objetivo, como este docente aclara, “es acercar y dar más importancia a la asignatura de Religión, sacarla fuera del aula, que veamos que no se centra aquí sino que también está en nuestras vidas”.

La iniciativa ha tenido muy buena acogida, como describe Óscar Pérez, “y el primer año tuvimos 200 participantes, y el segundo, cerca de los 400, pero llegó la pandemia y no lo pudimos terminar”.

 

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