ACTUALIDAD DIOCESANA

18/08/2020

Un relato “excepcional” de Santa Bárbara

La restauración de la capilla que lleva su nombre, en la Catedral Vieja, permitió recuperar unas pinturas murales del siglo XIII escondidas tras el retablo. El historiador del Arte Fernando Gutiérrez Baños detalla las características de esta obra

 

Tras el retablo del siglo XVI de la capilla de Santa Bárbara se encontraban unas pinturas murales en buen estado que recogen una iconografía “atípica” de esta mártir. Como desvela el profesor del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid y experto en la pintura de los siglos XIII y XIV, Fernando Gutiérrez Baños, “se divide en 15 compartimentos, que no escenas, que son 10, pero es un número muy notable, no son tan abundantes, poder contar con ello es algo excepcional, y en esta fecha tan temprana”.

Como también explica este especialista, lo “interesante” de estas pinturas murales es que son anteriores a un cambio del relato de la vida de Santa Bárbara, “porque a medida que progresa la edad media fue depurado, pero en Salamanca nos encontramos en un estadio en el que no se ha producido esa depuración, y se aprecian escenas que no se encontrarán en ningún otro sitio”.

Sin embargo, en el retablo del XVI se reducen a dos las escenas de la vida de Santa Bárbara, “se ha hecho una purga de ocho escenas”. De ella, Gutiérrez Baños recuerda que su figura no es importante porque atraviese rocas ni convierta a pastores en estatuas, “es importante porque es una mártir, una mujer que se mantiene firme en sus convecciones religiosas, contra todo y contra todos, incluso contra su propio padre, que la ejecuta decapitándola”.

Restauración integral de la capilla

Este profesor de Historia del Arte resalta el hecho de haber recuperado estas pinturas murales: “Lo único que estaba a la vista era el retablo del XVI, pero como la tecnología avanza, un investigador de la Universidad de Salamanca, Antonio Ledesma, en 2014 introdujo una cámara endoscópica entre el retablo y el muro de la parte posterior para ver si se podía ver algo, y pudieron ver que había pinturas murales figurativas y algunas inscripciones”.  Ya en 2019, en el contexto de una restauración integral de la capilla, al desmontar el retablo quedaron al descubierto las pinturas, que como subraya este experto, “estaban bastante bien conservadas porque les ha pasado lo mejor que podía pasar, tener un retablo delante”.

Según destaca Fernando Gutiérrez Baños, las inscripciones “están tal cual aparecieron, estaban legibles en su absoluta integridad, y lo único que presentaba un deterioro eran los colores azules de fondo, pero era algo que se podía subsanar con un trabajo de restauración”. Este mural, que se puede contemplar en la Catedral los jueves y sábados, de 11:00 a 14:00 horas, es un ciclo muy antiguo, hacia 1350-1360.

Este experto elogia el sistema ideado para poder contemplar la pintura mural: “Se optó por una solución arriesgada pero satisfactoria, que era montar el retablo sobre una estructura móvil que permite en ocasiones señaladas desplazarlo para que se puedan ver las pinturas”. Gutiérrez Baños recuerda algún sistema similar en una iglesia de Florencia, en Italia, “en la iglesia de Santa María de Nobella, donde tienen dispositivos que permiten ver las pinturas murales”.

Estilo gótico-lineal

En relación a las pinturas, detalla que se pintaron en una etapa de desarrollo de la pintura gótica que se conoce como estilo “gótico-lineal”, y que de la antigua “Corona de Castilla”, “donde mejor están representadas es en Salamanca y su Catedral”.

Por otra parte, asegura que es un estilo dibujístico, “las pinturas están perfectamente delineadas y delimitadas, y se caracteriza también este estilo porque utiliza una gama cromática muy limitada, con un número restringido de colores, y que no son descriptivos, sino que buscan la combinación rítmica de colores”. En este caso, las escenas tienen un marco azul, “y se hace uso del pan de oro en el limbo, en los zapatos o en las espadas”.

Gutiérrez Baños recuerda que en el centro de las pinturas murales se aprecia lo que un día fue una repisa, y sobre ella estaría colocada una escultura de Santa Bárbara, “y en torno a ella se desarrollaban las escenas de su vida, como en cualquier retablo”. Pero cuando deciden colocar un retablo nuevo, “la imagen de piedra la retiran y la repisa también”.

 

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