ACTUALIDAD DIOCESANA

27/02/2020

Un sistema innovador permite mostrar las pinturas ocultas tras el retablo de Santa Bárbara

Con la restauración de la capilla se ha puesto en valor sus bienes, entre ellos, el mural gótico, del siglo XIV, hallado tras el demontaje del retablo

Gracias a una estructura innovadora, en la capilla de Santa Bárbara se puede contemplar sobre un mismo lugar, unas pinturas murales góticas, del siglo XIV y el retablo que se colocó sobre ellas en el XVI. Lo habitual en un descubrimiento así es que permanezca oculto tras consolidar, fijar, restaurar y documentar la obra. Pero en esta ocasión, dada la importancia del hallazgo, apostaron por diseñar un retablo móvil que permitiera contemplar las pinturas. Y así ha sido, tras más de un año de trabajo en equipo con arquitectos, restauradores e ingenieros, entre otros técnicos especialistas.

El pasado 26 de febrero se presentó este sistema del retablo y la finalización de la restauración de la capilla de Santa Bárbara, con la presencia de las autoridades, tanto de la diócesis, representada por el obispo, Carlos López, como por el consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, cuya institución ha financiado las obras, entre otros.

El técnico del servicio de Conservación y Restauración de la Junta de Castilla y León, Carlos Tejedor, recordó durante su presentación que lo que se ha hecho es buscar “un sistema compatible con el criterio general, que es mantener todos los bienes de la capilla en su posición, y en este caso, que se pueda compatibilizar en momentos puntuales”. Porque la idea del Cabildo es que la apertura del retablo se realice de una forma programada a través de grupos cerrados. Este técnico también aclara que, con este sistema, “no se merma el valor de ninguna de las dos, como podía haber ocurrido si se hubiese colocado el retablo en otro lugar”.

En el arcosolio

Dar con el sistema adecuado no es sencillo, “porque partíamos del problema de un retablo incorporado dentro de un arcosolio, y teníamos que buscar un sistema que lo sacara de allí y lo desplazara, pero no conocíamos ningún caso similar, y por eso ha sido una innovación total desde el primer momento”.

El carpintero especializado en restauración, Jesús Javier Aragón, ha participado en el diseño de la estructura y en el desmontaje y posterior montaje del retablo. “Al colocarlo en el nuevo sistema era importante que no hubiese ningún problema con las pinturas del mural”. El principal obstáculo ha sido, como él aclara, “que solo teníamos dos puntos de anclaje en el arco que no tenían policromía, donde estaba en origen, y el sistema tenía que quedar como un soporte de televisión”.

Por eso, sobre el muro se colocó un eje, y el otro, en la trasera del retablo, “para que de esta forma se pudiese sacar paralelamente al muro, y poderlo desplazar a 45 grados”. Aragón reconoce que el sistema utilizado es “bastante complejo”, porque como precisa, “solo el retablo con las esculturas puede pesar unos 350 kilos, unidos a los más de cien de la estructura metálica, que hacen un peso total que rondará la media tonelada (500 kilos), con tan solo dos puntos de anclaje”.

Intalación del retablo

Cuando se terminó la estructura, el retablo se instaló como si no estuviese, argumenta este carpintero, “pero en este caso se mueve, y teníamos que asegurarnos que con el movimiento no rozara con ninguna pieza del arco que hay que conservar”.

En cuanto al valor de las pinturas murales góticas, la responsable de la empresa de restauración que ha recuperado esta capilla de la Catedral Vieja, María Luisa López, remarcó en la presentación que datan de entre 1339 a 1361, “porque es la fecha en la que por entonces el obispo de Salamanca, Juan Lucero, mandó construir la capilla con fines funerarios -en ella se conservan sus restos-”.

Por otra parte, el retablo que se colocó sobre ellas data del siglo XVI, “esto quiere decir que, durante cientos de años, esas pinturas se han conservado porque han tenido un retablo delante, con una cámara de aire de unos 15-20 centímetros”.

En cuanto a las fases de su recuperación, como precisa esta especialista de Uffizzi, “lo primero fue consolidar el estrato de preparación con los medios técnicos que teníamos, aprovechando las grietas, para endurecer los materiales y trabajar sobre ellos”. Y una vez fijada la pintura, se empezó a limpiar.

“Después comenzamos con la reintegración de ese sustrato de preparación que tenía numerosas faltas, y la reintegración cromática, sobre todo basado en la zona de fondos azules, porque no ha resistido al paso del tiempo, y era lo que se encontraba más perdido”. López subrayó que en todo momento se utiliza la técnica reconocida que respeta la traza original, “para que siempre se distinga una de la otra, porque nunca debe de llamar la atención la intervención del restaurador”. El último paso fue la aplicación de una protección final, “una resina que suponemos va a conservar unas pinturas durante cientos de siglos”.

Una restauración integral

La restauración de la capilla de Santa Bárbara ha sido integral. Como confirmó el arquitecto y responsable del plan director del conjunto catedralicio de Salamanca, Valentín Berriochoa, “la tarea comenzó por el exterior, arreglando las cubiertas que dan al Patio Chico, así como su fachada”. Después, se llegó hasta la bóveda, “que define este espacio”.

Respecto a otros bienes restaurados, ya del interior, María Luisa López resalta la recuperación del sepulcro del obispo Lucero, “que ha tenido una recuperación importante, porque estaba muy dañado, pero hemos podido recuperar las policromías originales, como los detalles de la sabanilla sobre la que se posa”. Asimismo, han recuperado parte del fondo azul de la casulla, “por reintegración cromática, y del emblema del obispo Lucero”.

Otro detalle de la capilla que resaltó esta especialista fue la viga de madera, “que creemos que es una pieza única y que permanece desde el principio”. En cuanto a la intervención, López apunta a una fijación de los restos de policromía, una limpieza e integración cromática. “Lo más importante es la escena del varón de dolores que se aprecia en la parte central”, añade. En cuanto a los lienzos, también restaurados en su totalidad, “representan a San Pablo y San Pedro, y al otro lado, la Virgen de Valvanera, que es la patrona de La Rioja y Navarra”.

Durante la presentación de la capilla, el obispo de la diócesis, Carlos López, compartió su “inmensa alegría” por celebrar la inauguración de estas estancias, “para que este conjunto de catedrales sea un lugar cada vez más cómodo, destinado a la contemplación por parte de todos, sin prejuicio de su destino fundamental y primero, al culto”.

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