ACTUALIDAD DIOCESANA

El domingo 20 de febrero concluye la Semana del Matrimonio que se ha celebrado con el objetivo de reflexionar sobre el regalo que es el matrimonio para nuestra Iglesia y la oportunidad que ofrece a las parejas para renovar las promesas que hicieron el día de su boda, como recuerda en este artículo Tomás González.

Para este domingo, concretamente en el festivo contexto de la Misa de 12:00 en la Catedral, la Delegación diocesana de Familia y Vida invita a los matrimonios a renovar las promesas que hicimos el día de nuestra boda.

Algunos podrán participar en la celebración, pero todos los casados, sin excepción, estamos llamados a aprovechar esta ocasión de la Semana del Matrimonio que hoy culmina.

María Teresa y yo cumpliremos en septiembre, si Dios quiere, nuestro décimo aniversario. Una década ya desde aquel escrutinio, cuando Don Pedro nos preguntó si acudíamos con libertad ante ese altar de San Marcos, si estábamos decididos a amarnos y respetarnos para toda la vida, y si nos disponíamos a recibir a los hijos y educarlos conforme al Evangelio.

Diez años han pasado desde que nosotros mismos, ella y yo, como ministros del sacramento, consentimos en unirnos delante del testigo de la Iglesia, que lo confirmó con su bendición.

Diez años con nuestros anillos que simbolizan el amor y la fidelidad, disfrutando los bienes que han venido y que vendrán significados en aquellas arras, y con los bienes también los males de las dificultades que la vida presenta, y que afrontamos juntos.

Como nosotros, millones de matrimonios, siendo apenas dos personas compartiendo un proyecto de vida, debemos ser conscientes de nuestra vocación de servicio a toda la Iglesia en la construcción de un mundo mejor.
¡Felicidades para todos! Demos gracias a Dios porque Él cuida de nosotros y nos sostiene para que seamos fieles a la promesa que nos regaló el día de nuestra boda.

Tomás González Blázquez, integrante del equipo apostólico de la Coordinadora diocesana de Cofradías.