24/05/2019
Afrontar la pérdida de un ser querido no es fácil. Existen varios caminos para sobrellevar el duelo, entre ellos, el de la fe. En el Centro de Orientación Familiar de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) han puesto en marcha un nuevo servicio gratuito centrado en ese aspecto: el acompañamiento en el duelo desde la fe. Para ello han contado con el apoyo de la rectora, Mirian de las Mercedes Cortés, que como confirma la coordinadora de este centro, Laura Magdaleno, “ha permitido incorporar una nueva persona al equipo”, en este caso, a la psicóloga Mamen González Doncel, la responsable de esta tarea frente al duelo.
La creación de este servicio surge de la inquietud por abordar el proceso de una pérdida a través de la fe, “y hemos visto que en otras diócesis y universidades si contaban con este programa concreto”. Estas profesionales han sido testigos de cómo en ocasiones a los católicos no les resulta fácil poner su duelo en manos de la fe a través de especialistas cualificados, como psicólogos.
Algo que tenían claro era que el servicio de acompañamiento tenía que atenderlo un profesional acreditado y católico, y Mamen González Doncel lo cumplía, “integrada en la vida pastoral de la Diócesis”, y con una amplia trayectoria también como terapeuta familiar, entre otras tareas.
Esta psicóloga confirma que siempre que se hace acompañamiento en el duelo, “se plantea el tema trascendental en su vida y esa parte es positiva para afrontar el duelo”.
Mamen aclara la finalidad de este servicio gratuito: “Es un acompañamiento a las familias que han sufrido una pérdida de un ser querido, de forma individual o conjunta”. Como también detalla, en estos casos, a veces las personas se plantean si lo que sienten o viven es normal, “y es estar acompañando a la persona en ese duelo normalizado, que no se ha complicado por nada, o los duelos que pasado el tiempo, la persona no remonta su vida porque la clave es volver hacer tu vida normal, poner en un sitio a ese ser querido que has perdido con una vinculación emocional, le tienes en otro sitio, aunque no esté físicamente”. Para lograrlo, según confirma esta psicóloga, se pueden hacer una serie de tareas. Lo habitual es que la gente no pida ayuda en un primer momento, “se suele recomendar que se trabaje en el duelo pasados uno o dos meses”.
¿Qué tiene de especial el acompañamiento al duelo desde la fe? González Doncel lo tiene claro: “Desde el punto de vista de la fe es hablar abiertamente de lo que esa persona siente, qué piensa, dónde se plantea que está esa persona que ha fallecido, y se puede hablar abiertamente de Dios”. De esta manera se puede hablar de espiritualidad, porque como subraya esta psicóloga, “siempre surgen dudas”.
La coordinadora del Centro de Orientación Familiar de la UPSA remarca también que ante la pérdida de un ser querido se puede tambalear la fe, “si no hay un acompañamiento que intente ayudar a la persona a dar ese enfoque, no siempre es fácil, las preguntas que se hace la gente, como por qué Dios permite que me suceda esto…”. Para Mamen, en el tema de abordar el duelo desde la fe, la clave es “la esperanza del reencuentro con la persona”, y cree que el cabreo es normal, “pero llega el momento en el que le acompañas en todo eso que siente, que es normal, esa rabia contra Dios, contra la vida, ese tambalearse de su fe, y ese acompañamiento a pensar en lo que todos necesitamos, sentir que esa persona está en otro sitio y esa vinculación emocional sigue con esa persona”. Y también el sentido de la vida, “morir para vivir”.
* (Puedes leer el reportaje completo en la edición impresa de #Comunidad, la revista oficial de la Diócesis de Salamanca).
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