ACTUALIDAD DIOCESANA

01/06/2022

A propósito de San Carlos de Foucauld (I)

Iniciamos una serie de artículos para descubrir la figura y espiritualidad del “hermano universal”, Carlos de Foucauld, un profeta de nuestro tiempo que fue elevado a los altares el pasado 15 de mayo junto a otros seis beatos

 

AKBÉS

Motivado por la lectura del artículo que sobre el hermano Carlos se publicaba en la web diocesana (Ante la canonización de Carlos de Foucauld) me siento para compartir dos ideas que me rondan desde hace tiempo sobre la actualidad de este hermano nuestro.

En una carta dirigida a María de Bondy el 7 de enero de 1902 escribía:
“Me pide usted una descripción de la capilla… la capilla -dedicada al Sagrado Corazón de Jesús- se llama “la capilla de la fraternidad del Sagrado Corazón de Jesús”, mi pequeña vivienda se llama “la fraternidad del Sagrado Corazón de Jesús”… Quiero acostumbrar a todos los habitantes, cristianos, musulmanes y judíos e idólatras a mirarme como su hermano -el hermano universal-… Comienzan a llamar a la casa “la fraternidad” (la jaua, en árabe), y eso me resulta agradable…”

Quería que le llamaran “hermano Carlos” pues juia Carlo (traduce al árabe las palabras “hermano” y “fraternidad”) es el hermano universal, de todos los hombres sin distinción. No conseguirá, sin embargo, este objetivo. Tanto en Beni-Abbés como en Tamanrasset se le conocerá solo como “el marabout”, que entre los árabes designa tanto al versado en religión como al hombre de Dios (1).

¿Nos damos cuenta de lo que significa que los Tuareg, musulmanes, llamaran a San Carlos de Foucauld “el hombre de Dios”? Para los musulmanes somos infieles y por eso este hecho tiene tanta importancia. Pero ¿qué eran los musulmanes para San Carlos de Foucauld? Esta segunda pregunta es la que debemos responder personalmente.

Entiendo qué esta es la clave de la evangelización, de toda evangelización: desaparecer para que todos puedan interpretar lo que ven, si tienen que aprender lo que se les dice, tal vez no puedan interpretar. Otra cita del hermano Carlos nos deja mucho más claro: “Yo no estoy aquí para convertir a los Tuareg, sino para tratar de comprenderlos (…) Usted es protestante, Teissère es incrédulo, los tuaregs son musulmanes, yo estoy persuadido de que Dios nos acogerá a todos si nos lo merecemos” (2).

 

(1) Cf. A. Chatelard, “Carlos de Foucaud” (el camino de Tamanrasset). Madrid: Ed. San Pablo, 2003.

(2) Cf. L. Lehuraux, Au Sahara avec le Père Charles de Foucauld, St. Paul. París 1946.

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