19/11/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El pasado 15 de noviembre, el papa Francisco aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Salamanca presentada por Mons. Carlos López Hernández el 4 de noviembre de 2020, al cumplir 75 años, según se recoge en el Código de Derecho Canónico. A su vez, se ha nombrado como sucesor a Mons. José Luis Retana, in persona episcopi junto a la Diócesis de Ciudad Rodrigo, manteniendo ambas su personalidad jurídica y canónica, así como sus respectivas estructuras eclesiásticas.
El nuevo pastor es obispo de la Diócesis de Plasencia desde el 24 de junio de 2017, y ha formado parte de la Comisión de Enseñanza en la Conferencia Episcopal Española. Don José Luis Retana Gozalo nació en Pedro Bernardo (Ávila) el 12 de marzo de 1953, hijo de Cruz e Isidoro. Cursó sus estudios en el Seminario Menor de San José de Arenas de San Pedro (1964-1968) y de Ávila (1968-1971).
En el curso 1971-1972 ingresó en el Teologado de Ávila de Salamanca para realizar los estudios de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Después, se fue a Friburgo (Suiza), donde prepara sus estudios de licenciatura (1976-1978), defendiendo el trabajo de Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca en 1979, dirigida por D. Ricardo Blázquez. Ese mismo año, el 29 de septiembre, fue ordenado sacerdote en Pedro Bernardo, por el entonces obispo de Ávila, Felipe Fernández García.
Desde su ordenación, ha tenido diferentes responsabilidades, entre ellas, del equipo de formadores del Colegio Diocesano Asunción Nuestra Señora, rector del Seminario diocesano de Ávila o vicario episcopal para las Relaciones con las Instituciones, entre otras tareas.
Antes de ser nombrado obispo de Plasencia, en 2017, D. José Luis Retana era deán de la Catedral del Salvador de Ávila; miembro del colegio de consultores de la Diócesis de Ávila; asistente eclesiástico de Fraternidad de Comunión y Liberación en Ávila o el director del Centro de Educación Especial “Santa Teresa”, de Martiherrero. Además, era párroco de la parroquia de San Pedro Bautista de Ávila o arciprestre de la ciudad.
En su saludo a los diocesanos, Mons. José Luis Retana, da gracias a don Carlos López, “obispo amigo y paisano, también antecesor mío en la sede de Plasencia, que ha regido la Diócesis de Salamanca durante 18 largos años”. En ese texto también comparte con la comunidad que es consciente de la dificultad de la tarea y de su desproporción, “pero confío en que el Señor me dará la energía suficientemente en este momento el que Él me llama en su Iglesia al ministerio episcopal”.
El nuevo pastor de la Iglesia de Salamanca cree que entre todos “deberemos seguir construyendo la Iglesia del Señor que camina en nuestra tierra, desde una comunión generosa y madura que se pone al servicio de todos los hombres”.
De esta forma concluye un episcopado de 18 años en la Diócesis de Salamanca, cuyo nombramiento tuvo lugar el 9 de enero de 2003, y su toma de posesión el 2 de marzo de 2003. En el campo pastoral ha ordenado a 18 sacerdotes, 10 de ellos diocesanos; 27 diáconos, nueve diocesanos, y tres diáconos permanentes.
En 2014, recogiendo la llamada del Papa Francisco, en la exhortación Evangelii Gaudium, a iniciar una nueva etapa de evangelización, convocó a toda la comunidad para participar en la Asamblea Diocesana, en la que se formaron varios grupos de oración, reflexión y diálogo, y donde se perfilaron los objetivos para una “renovación espiritual, pastoral e institucional” de la Diócesis de Salamanca. López Hernández clausuró la Asamblea el 8 de octubre de 2016, donde también se firmaron las “Orientaciones de la Asamblea Diocesana. Directorio Pastoral de la Diócesis de Salamanca”, que está denominada como una “columna vertebral”.
Fruto de la Asamblea diocesana se puso en marcha el proyecto Ranquines, junto a varias entidades religiosas para atender a las personas sin recurso con enfermedad mental y que manifiesta “el compromiso firme de la Iglesia diocesana, y las instituciones que la integran, a favor de la justicia de los pobres”, como manifestó D. Carlos en el primer aniversario del proyecto.
Durante su episcopado se ha llevado a cabo una reestructuración de la organización territorial de la Diócesis de Salamanca, de sus arciprestazgos (que se redujeron de 12 a 7), así como la implantación de las Unidades de Pastoral, tanto en la ciudad como en el mundo rural, para afrontar los grandes desafíos de la nueva evangelización. También se han reordenado las delegaciones y servicios diocesanos, para que cumplan “su servicio a una Iglesia más misionera”.
La restauración y reapertura de la Casa de la Iglesia tuvo ya presente al obispo ahora saliente, quien la puso en marcha, al igual que la creación de una residencia diocesana. López Hernández también ha respaldado grandes proyectos y nuevas infraestructuras, como los centros parroquiales de Alba de Tormes, Carbajosa de la Sagrada, Villamayor y Peñaranda de Bracamonte.
ACTUALIDAD DIOCESANA