ACTUALIDAD DIOCESANA

13/03/2020

En memoria de D. Ángel Benito: “Aunque sea la tarea más pobre y humilde”

El sacerdote diocesano Ángel Benito Martín falleció en la mañana del viernes, 13 de marzo, en Salamanca. Su funeral se celebrará el sábado 14 de marzo, a las 11.30 horas en la parroquia San Juan de Mata (Trinitarios).

AUNQUE SEA LA TAREA MÁS POBRE Y HUMILDE

 

En plena alarma social por el Virus Corona, Covid-19, nos enteramos del fallecimiento del sacerdote diocesano Ángel Benito Martín, que pasó casi toda su vida sacerdotal en las Parroquias de Encinasola de la Encomienda, Guadramiro, Gema y Picones. Desde su Ordenación como presbítero (30/3/1964) hasta el año pasado, ha dado su vida a estas comunidades parroquiales, con dedicación, cariño, entrega y escondimiento en el sacramento de la fe, la Eucaristía, que celebraba fielmente cada día. ¡Qué misterio es que el Señor escoja nuestra frágil vasija de barro para pasar su salvación “por muchos”! Por sus manos, humildes y frágiles, pasaba el Pan del Vida para todos, cada día. Solo la fe nos puede hacer ver este “milagro” de cómo el Señor sostiene a los curas en sus vidas y alimenta a su Pueblo de esta manera tan admirable.

Al recordar su vida nos vienen a la mente las palabras del Decreto Conciliar Presbyterorum Ordinis, donde dice que cada sacerdote obedezca a su Obispo, como al Señor mismo, “gastándose y desgastándose con muchísimo gusto en cualquier servicio que les haya confiado, aunque sea el más pobre y humilde” (PO 15). Así lo hizo Ángel. Con sus virtudes y defectos, con su constancia y desalientos, con sus días claros y sus noches oscuras. Gracias, Ángel, que el Señor te premie asociándote a su Pascua para siempre. Así, como eras, tus compañeros sacerdotes de las parroquias limítrofes te quisieron, y tú los querías y les recibías con una sonrisa y una acogida siempre alegre y fraternal, en total servicialidad a todos ellos. Así lo experimentamos siendo curas jóvenes.

En un futuro no muy lejano el Pueblo de Dios de nuestras parroquias rurales, y también de la ciudad, va a echar de menos al pastor fiel que les conoce por su nombre, les ama, recorre su calles, entra en sus casas, les pastorea con cariño, vive con ellos, les acoge en  el nacimiento,  les cuida, les visita, les anima, les conforta y les conduce a la Casa del Padre. No es lo mismo esta “presencia evangélica”, al estilo del Buen Pastor, que una “atención a distancia” al rebaño encomendado, que las circunstancias que se avecinan u otras cosas pueden llevarnos a realizar. Ángel y otros sacerdotes que han fallecido nos dejan un estilo de ser pastores, caminando con el Pueblo de Dios, por lo que eran queridos y valorados por su vida de entrega y generosidad. Su ejemplo es una luz que no podemos desaprovechar para esas nuevas situaciones que acabamos de mencionar y que pueden surgir.

Ángel, intercede por nosotros al Padre para que envíe obreros a su mies, pastores según su corazón, y nos mantengamos alegres y esperanzados en esta “sequía vocacional”, para que cumpliendo su voluntad sigamos con docilidad los caminos nuevos por los que quiera guiar a su Iglesia.

¿Te gustó este artículo? Compártelo
VOLVER
Actualidad Diocesana

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies