ACTUALIDAD DIOCESANA

05/01/2020

«Las familias necesitan momentos de oración y de acompañamiento»

La Delegación diocesana de Familia y Vida inicia una nueva etapa en la que su objetivo es sumar esfuerzos a toda la labor que ya se realiza en este campo. El nuevo delegado, Florentino Gutiérrez, se ha rodeado de un equipo de cerca de 40 personas que trabajarán en diferentes áreas, como el del amor, la paz o la muerte, entre otras.

 

¿Qué funciones tiene la Delegación de Familia y Vida?
Alentar todo lo que corresponde al matrimonio, a la familia y a la vida. Un tema amplio, y siempre en unión con el obispo, al que servimos, el vicario de Pastoral, y teniendo en cuenta las indicaciones de la Asamblea Diocesana. Es un tema delicado, y siempre hemos tenido un respeto exquisito a la Palabra de Dios y a toda la doctrina de la Iglesia.

¿Cómo ha asumido esta nueva responsabilidad?
Con ilusión y una cierta responsabilidad, porque hoy en día es un tema importante, y supone un trabajo serio. Lo primero ha sido crear equipos de trabajo, con los laicos y matrimonios, que son los que tienen que funcionar. Hay que tener en cuenta que la labor de la delegación es subsidiaria, porque muchas parroquias y delegaciones trabajan ya por las familias, no somos ni los únicos ni los mejores. La idea es coordinar todo ese mundo y tratar de suplir lo que los demás no pueden hacer. Se trata de sumar y con un grandísimo respeto.

¿Qué papel juega la familia en la Iglesia salmantina?
En la Iglesia salmantina hay cuatro movimientos que tienen como fin a la familia, familiaristas. Pero la familia está en todas partes, y está funcionando muy bien. Todas las parroquias ya tienen organizados los cursos prematrimoniales, y hoy por hoy, todas las bodas que se hacen en la Iglesia, parten de estos cursos, se hace una labor importante. Los movimientos y delegaciones de tipo social, como Cáritas, Manos Unidas o Vida Ascendente, cuántas tienen que ver con la familia, y las ayudan. Y nosotros queremos estar unidos al Instituto de la Familia de la Universidad Pontificia y al Centro de Orientación Familiar (COF).

«Queremos que la Delegación de Familia y Vida llegue al mundo rural»

¿Cuáles son los principales retos?
Desde la delegación pretendemos varias cosas. Por un lado, la parte formativa, que es fundamental, porque la familia tiene que tener una formación adecuada, y para eso, queremos llegar a los distintos ámbitos, desde los adolescentes y jóvenes, para animar la educación afectivo sexual; o en los cursillos prematrimoniales, queremos implantar un catecumenado prematrimonial, llamado ‘Camino del amor’, de uno o dos años, donde no solo se de doctrina o charlas, sino a través de convivencias y celebraciones.
En tercer lugar, estaría la formación permanente de la familia, o escuela de padres, y donde las parroquias o los movimientos no lleguen, dar esta formación, y eso está ya en marcha, todos los miércoles.

¿Qué le pide hoy la familia cristiana a la Iglesia?
Nosotros tenemos que entender las necesidades de la familia, y donde veamos una necesidad, de alguna manera hay un grito, una llamada, una petición, que nos hacen y tenemos que responder. Y no es que no la respondamos, es que insistimos en algunas de ellas que nos parecen fundamentales, como es la defensa de la familia y la vida, que hoy está en la sociedad, y tenemos que ser capaces de defenderlo. Y otro problema es el de las crisis familiares, económica, de educación de los hijos, de convivencia, familias desestructuradas, etc., cuyo trabajo vamos a denominar, ‘Camino hacia la paz’.

¿En qué más áreas trabajarán desde la delegación dentro de las familias?
Algo que nos parece importante es el tema del enfrentamiento de las familias al misterio de la muerte, porque otra de las asignaturas pendientes. La muerte es un gran misterio que nos pilla desprevenidos, nos pone muy nerviosos, y a veces culpamos a Dios. Por ello hemos formado un equipo que hemos denominado: ‘Un camino hacia la eternidad. Por otro lado, fomentaremos, el ‘Camino hacia la cultura del encuentro’, porque mucha gente que se queda sola, es otro problema grave de hoy en día. Mucha gente se queda sola, es una epidemia grande que sufre la soledad. Cómo desde la delegación no nos vamos a parar ante esta gente, y a tratar de unirnos a todos los demás que realizan esta labor.

¿Cómo vais a potenciar las fiestas vinculadas a la familia y a la vida?
La familia tiene que ser celebrada y tenemos otro equipo de gente que está tratando de poner en marcha la Jornada de la Familia, la de los novios, el Día del Padre, la Jornada por la Vida, el Día de la Madre, etc. En esas ocasiones podemos llegar a grupos de personas que normalmente no les tenemos cerca, y en esos días lo celebran de forma especial. Además, queremos que la delegación llegue al mundo rural, y ayudar a lo que las parroquias de fuera están haciendo.

(Puedes leer la entrevista completa en la edición impresa de Comunidad, la revista oficial de la Diócesis de Salamanca). ¿Quieres suscribirte? lo puedes hacer en este enlace

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