ACTUALIDAD DIOCESANA

14/04/2023

Tomás Durán sobre el catecumenado de adultos: “En el futuro va a crecer un cristianismo por decisión propia”

Este sacerdote diocesano es el responsable de acompañar a los mayores de 18 años que desean recibir el bautismo, y que tienen que vivir un proceso de formación de al menos dos años. En la pasada Vigilia Pascual recibió los sacramentos el joven José Alberto Díaz, de 26 años.

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

El responsable del catecumenado de adultos no bautizados en la Iglesia de Salamanca es el sacerdote, Tomás Durán, quien ha acompañado al joven que fue bautizado el pasado 8 de abril en la Vigilia Pascual, José Alberto Díaz, celebrada en la Catedral de Salamanca y presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana.

 

¿En qué consiste el catecumenado de adultos no bautizados?

El catecumenado de adultos está instaurado por el de Concilio Vaticano II y es para aquellas personas adultas, mayores de 18 años, que no han recibido el bautismo. Y es un catecumenado que se inspira en los tres primeros siglos, cuando no se bautizaba a los niños, sino que eran los adultos los que recibían el bautismo. El Concilio Vaticano II ha restaurado aquel catecumenado, que se llama ritual de iniciación cristiana de adultos, y es una gran esperanza porque es el paradigma de la iniciación cristiana.

 

¿Qué motiva a estas personas a solicitar ser incorporados como cristianos?

Son muchas las peticiones que hay, y lo primero que hay que hacer como responsable es escuchar sus motivaciones. Las hay sociológicas, que se quieren incorporar una sociedad cristiana; o que me voy a casar y quiero bautizarme, y hay otras, que yo creo que hay que acogerlas con mucho cariño y comprenderlas. Pero la motivación más profunda de algunos es que hay un encuentro vivo con Jesús y con la fe cristiana, y quieren iniciar un proceso de vida espiritual, de acercamiento a Jesús. Podemos decir que hay como unas connotaciones todavía sociológicas, de incorporarse una sociedad cristiana, pero también hay encuentros personales con Jesús, que despiertan ellos el deseo de la fe y del seguimiento.

 

¿Existe un perfil de personas que solicitan ser bautizadas?

Todavía hay algunas contrataciones sociológicas, de querer de incorporarse, pero yo creo que sobre todo, está despuntando mucho en Francia y en países europeos, donde mucha gente joven está volviendo, que no han sido bautizados por sus padres, están volviendo a la fe cristiana, a un deseo de conocer a Jesús y de incorporarse a la Iglesia. Esto también surge en algunas diócesis españolas, y también, creo que va a surgir en nosotros, es decir, personas jóvenes que con el paso del tiempo van a querer acercarse a la fe cristiana.

Benedicto XVI dice una cosa muy bonita y es que el cristiano del futuro será un cristiano por decisión propia, y ese cristiano por decisión propia, está apareciendo todavía en un número pequeño, pero creo que va a crecer en el futuro un cristianismo por decisión propia.

Crear una comunidad en torno al catecúmeno

 

¿Cómo es el proceso de acercamiento a la fe de estas personas adultas y quién debe acompañar a estos catecúmenos?

Catecúmeno significa el que oye el mensaje, y el proceso es muy sencillo, primero se dirigen a los párrocos, y ellos se dirigen a mí como responsable de este servicio diocesano, y se inicia conociendo sus motivaciones, se le hace un pequeño anuncio de Jesús y se le incorpora una comunidad cristiana, a una parroquia. Y ahí se inicia el precatecumenado, que es purificar sus motivaciones, y después ya es un ingreso en el catecumenado. Y tiene que estar acompañado por el sacerdote y un grupo, que son los antiguos padrinos, que es crear una comunidad de amor en torno a él. Y esa comunidad es la que le va cogiendo e iniciando a la vida cristiana y a la vida de la fe.

Hay unos pasos, como el conocimiento de la fe y después, la elección del nombre, la entrada al rito del catecumenado, al de la purificación, el de la iluminación, o la entrega del Padre Nuestro, para acabar tras el Credo, en la celebración de la Vigilia Pascual. Esto es un proceso de dos años, y eso a veces, les cuesta a los que vienen, pero creo que merece la pena porque es una experiencia muy bonita.  Es engendrar la fe poco a poco, un grupito de gente, testigos del Señor, que lo acompañan y lo acogen, y lo van introduciendo en la Iglesia.

 

¿Qué implantación tiene en la Diócesis de Salamanca el catecumenado de adultos?

El anterior obispo, Mons Carlos López, instauró este catecumenado con un directorio y unas normas, que antes se plantearon por toda la diócesis, se dialogaron de manera sinodal, y después, ese documento, que son normas orientativas, es el que está sirviendo de cauce para acoger a estos hermanos que vienen pidiendo el bautismo.

Yo creo que son un signo de Resurrección, que hombres y mujeres, principalmente jóvenes, decidan por sí mismos acoger la fe e iniciar el camino de Jesús. Hay que pasar de una transmisión escolar de la fe, a una transmisión iniciática de la fe, de engendrar la fe, y eso requiere de oración, de mistagogía, de escucha la palabra de Dios, de experiencia comunitaria, de servicio a los pobres… No es una transmisión de conocimientos, si no que es una iniciación cristiana, un engendramiento de la fe.

 

Ha acompañado en este proceso de conversión al joven José Alberto Díaz, bautizado en la pasada Vigilia Pascual de la Catedral, ¿qué destacarías de ese proceso?

José Alberto descubre la fe en una facultad en la Facultad de la Universidad de Salamanca, en la de Filología Trilingüe, de Clásicas, por el contacto y el testimonio de un sacerdote joven. Eso le hace interrogarse, le hace entrar a una dimensión orante, de encuentro con el Señor, de búsqueda. Y eso le lleva a acercarse a la Pastoral Universitaria hace dos años, y durante ese tiempo ha habido un proceso de acompañamiento, de enseñanza, de un grupito, principalmente de un sacerdote, pero también de miembros de la delegación de Pastoral Universitaria, que le han acompañado, se han hecho los ritos, y ahora se ha celebrado esta iniciación cristiana con los tres sacramentos: bautismo, confirmación y comunión. Y ahora, la Pascua es tiempo de mistagogía, de descubrir la luz que ha recibido, y descubrirla más profundamente.

 

Tomás Durán ha acompañado a José Alberto Díaz en su camino hacia la iniciación cristiana. El pasado 8 de abril fue bautizado en la Catedral Vieja de Salamanca por el obispo diocesano, Mons. José Luis Retana
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