14/03/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
En el estudio han participado más de un centenar de personas mayores de entre 70 y 85 años, del ámbito urbano y rural, más mujeres que hombres y tanto de residencias como los que viven en sus propios hogares. Cáritas diocesana de Salamanca, con el apoyo de la Real Capilla de San Marcos, encargó este análisis a la empresa de Israel Gómez, técnico de investigación de la Consultoría ZIES.
El objetivo de este estudio no era conocer datos numéricos, sino llegar a los sentimientos e inquietudes de los mayores, como apuntan los responsables del mismo. Para ello crearon 12 grupos de discusión en diferentes puntos de la capital y la provincia, “y también hemos estado presentes en diferentes barrios, tanto de la zona centro como en las periféricas”.
Además, han hecho entrevistas a personas que viven solas en pueblos pequeños de la provincia y en residencias de mayores. La consultoría se ha basado en sus conclusiones en más de 30 horas de conversación.
Desde este estudio han sido conscientes de que la pandemia ha propiciado un aumento de las personas que viven solas, así como de la prevalencia de trastornos de ansiedad, depresión, etc. Asimismo, recogen que en muchas ocasiones, “los mayores participantes en el estudio han hecho referencia a vecinos y conocidos que prácticamente no salen de casa, que pasan el día en soledad y que no tienen a nadie“.
Por ese motivo, la soledad era uno de los temas que se querían analizar en este estudio. Y como concretan, la soledad no deseada es una situación que se da con mayor prevalencia entre la población mayor. “Los hombres la sufren en mayor medida porque sus redes sociales son menos fuertes que las de las mujeres”, detallan. E insisten en que la soledad aumenta la incidencia de patologías físicas y mentales.
Israel Gómez, uno de los técnicos del estudio, subraya que los mayores detectan en la sociedad “un creciente individualismo”, con el que ellos no han crecido, “y chocan con la gente más joven”.
Otro aspecto que destacan del estudio está relacionado con la denominada “brecha digital”, ya que se sienten “maltratados” por parte de entidades bancarias, o de las grandes empresas de telefonía o de luz, “que dificultan sus trámites. En algunos casos lo califican de “deshumanización”, y como reitera este técnico, “se sienten desplazados”.
Las personas mayores de Salamanca también demandan nuevas alternativas asistenciales, “para que puedan permanecer más tiempo en sus casas y en sus barrios, en su entorno”, reiteran. Se trata de grupos que se apoyan bastante en la fe y en la oración, “y afrontan con calma el momento de la muerte, es algo que tienen asumido, y sobre todo, aquellos que tienen más fe, lo esperan con tranquilidad”.
En el abordaje de este estudio lo que han detectado es que la población mayor tiene medio de convertirse en una carga para sus hijos, “y que sea un proceso más traumático”. Y relacionado con el ámbito espiritual, los mayores echan en falta una mayor presencia de la Iglesia en la vida cotidiana, “una mayor actividad en los barrios, en las parroquias, y en el caso del medio rural, una mayor presencia del cura, porque es una persona de referencia para ellos”.
Desde Cáritas diocesana de Salamanca, la responsable de Sensibilización y del equipo del Observatorio de la Realidad, Belén Santamaría, reconoce que este estudio les ha servido para constatar algunas cosas que ya sabían, “y para descubrir cosas nuevas que nos han sorprendido”.
En relación a las conclusiones del mismo, esta organización diocesana tiene previsto mejorar su intervención con las personas mayores, “para que sea más atinada, y que podamos responder mejor a sus necesidades“. Por otra parte, argumenta Belén Santamaría, “que sea una herramienta que nos sirva para dialogar también con los Servicios Sociales y con los agentes que están también en el territorio como nosotros”.
Este estudio de Cáritas diocesana se ha presentado en algunos arciprestazgos y a los integrantes de la Pastoral de la Salud, entre otros.